El egoísmo es diferente al amor propio, que es necesario y saludable,
el egoísta no siente amor hacia su persona sino desprecio y quiere todo para él porque se siente miserable y vacío.
El hombre egoísta está solo y aislado, por eso trata de llenar su vida con objetos.
Su personalidad puede ser depresiva con rasgos obsesivos.
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