Cojió una valija pequeña, en ella puso algunos vestidos y unos cuantos abrigos.
En sus bolsillos ´guardó sus joyas.
Bajó las escaleras sigilosamente y abrió la puerta de calle con los ojos cerrados, al abrirlos se encontraba en la vereda, a punto de hacer el acto mas difícil hasta ahora.
-Irse, resulta mas difícil que volver, pensó.
Cerró la puerta, alzó la mirada y al final del cendero estaba él.
Sonrió.
Llegó hasta él saltando entre pasos, se agarraron de las manos, se besaron y ambos se mostraron esa sonrisa que significaba esa felicidad que te pasea un instante por el cielo.
Corrieron hasta la cuadra siguiente persiguiendo al autobús.
Subieron, se sentaron en los asientos de adelante y suspiraron.
Ellos sabían todo lo que dejaban atrás, pero habían acordado pensar en el presente, Y solo vivir éste, pensando en la felicidad que ganaban.
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