Y que decirte? si lo inexplicable es tan solo eso y si las maravillas que se sienten son simplemente la pureza del verdadero e inhumano deseo.
El deseo, cuantos le temen a él:
Arriesgar, hacer valer y vivir. Vivir y volar, volar y sentir y sentir es vivir entre las nubes de algodón, suspirando pasionales locuras de amores, de un amor, de vos, mi amor.
Y darse cuenta, y aceptar, ay, como cuesta aceptar. Aceptar y entender y saber sobrellevar.
Y concretar,
Concretar la unión de aquellos cuerpos, de nuestros propios cuerpos, atraídos por una fuerza mayor e indomable y a la vez inconfundible.
Y el disfrute, el goce, la gula de la compañía del otro, simplemente buscando un poquito de cariño en ese corazón que cada vez me es menos ajeno.
Ah, y no seamos ilusos, no intentemos esconder nuestros miedos, los miedos, aquellos inconfundibles miedos, nuestra ingenuidad quedó muy atrás, ya la habíamos perdido para cuando decidimos meternos en este eterno mundo paralelo del amor.
Y confiar es suponer, es apostar fichas y perder, y si estás dispuesto, una ronda mas, nunca se sabe cuando ni cuanto se puede llegar a ganar.
y querer es intentar y arriesgar y hacer valer, probar.
Querer es uno de los mas insólitos inventos que le suman a la vida, el disfrute.
Pero pienso que retirarse del juego es dejar de querer, vivir un poco menos y morir un poco mas. Es resguardarse en la comodidad del hogar que habita en la soledad de uno mismo, que entristece y a la vez aburre.
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