Una mujer, Ya madura, de unos aproximados 68 años. La veo subir al colectivo, los martes a la mañana. Casualmente nos cruzamos, martes por medio o alguna vez al mes.. siempre la misma escena. Ella, arreglada, con una sonrisa ironica en su rostro y un peinado elaborado, siempre, el mismo rodete que recoge todo su pelo hacia atrás.
Sube al colectivo, pide su boleto y va directo hacia la puerta trasera, como de costumbre, a esperar, esperar a que el colectivo de la vuelta y llegue a su parada, para ella bajar e ir a visitar a su difunto esposo.
Se prepara con su mejor sonrisa para volver a afrontar, al igual que todos los martes,
La realidad.
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