jueves, 19 de noviembre de 2009

Flash.

Solo lograba ver ese enorme vacío que estaba frente a mi.
Tan enorme que no cabía en ningun otro lugar, en ningun otro mundo, en ninguna galaxia.
Una gigantesca manta gris que cubría cada rincón, cada recoveco, a cada persona.
Por algún motivo me veía a mi en un colchon algo roto y gastado de algo un poco mas grande que media plaza.
Y flotaba, flotaba por el interminable oceano gris.
Estaba descalza, con frio, el pelo suelto y despeinado por el viento. Pero por sobre todo, estaba asustada.
Me atemorizaba el hecho de que fuese eso lo único y último.
Solo quedaba el vacío de la soledad.
Y yo.

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