No logro cerrar mis ojos, no logro encontrar esa posición perfecta para empezar a dormir, no paro de dar vueltas en mi cama.
Me tapo, me destapo, cambio de posición la almohada, la abrazo, la pongo entre mis piernas, la pongo en mi cabeza, sobre mi cabeza, debajo de ella y nada, nada funciona.
Mi cabeza solo quiere que pasen las horas.
Estoy ansiosa por el dia de mañana, al punto tal en que no puedo disfrutar de la noche, de esta noche cálida, acogedora, un poco humeda pero nada densa.
Y el tiempo no pasa y los segundos se mueven como minutos y los minutos como horas.
Y yo espero, espero con ansias el dia de mañana, lo espero como ese nuevo comienzo que quiero que llegue.
Lo espero con los nervios de ese primer dia de clases en que querés ver a tus compañeros después de tanto tiempo.
Lo espero como si lo que estuviese por venir fuese algo maravilloso y unico, como algo jamas vivido.
Lo espero pero odio esperar.
Y odio armarme tantas expectativas por miedo de desilusionarme si estas no se cumplen.
Y ahora pienso en que mañana quiza no pueda disfrutar tanto el dia a causa de sueño, por las horas que estoy perdiendo escribiendo esto.
El sueño aun no ah llegado, y este desvelo se vuelve algo insoportable.
Voy a volver a mi cama, quiza ahora pueda dormir.
Y quiza la noche transcurra mas rapidamente, llegando asi el proximo dia tan esperado.
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