Jugaste siempre a ponerte los zapatos de mamá.
Pero te iban tan grandes que siempre te caías, recuerdo que a veces te lastimabas las rodillas y llorabas durante algunos minutos hasta que venía mamá a tu socorro y te ponía en las rodillas ese "polvito mágico" que en verdad era solo algun tipo de talco que no necesariamente se usa para sanar lastimaduras, pero vos siempre ingenua, creías en otra realidad, en una realidad en que ese polvo te curaba.
Creo que el "polvito mágico" se acabó y es hora de afrontar sola las cosas sin llegar al punto en que se formen heridas.
Hay que seguir creciendo.
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